Una cosa es escribir de experiencias memorables e inolvidables a los clientes, pero otra cosa es hacerlas sentir y que bien lo expresa una famosa de nuestra televisión colombiana que inmediatamente diga “me ericé”. Y aunque usted no lo crea, así comenzó este estudio de la mente y el cuerpo  para detectar como bienes, productos, servicios, tangibles o intangibles se fijan, se consolidan en nuestro cerebro y biología corporal para generar experiencias memorables e inolvidables ya mencionadas al inicio de este artículo.

Déjeme por favor hacer una interesante recopilación histórica desde cuando se vienen generando hallazgos de neuromarketing y que hoy sirven para tanta “magia” usada para vender y posicionar o tatuar nuestras empresas en la mente de los consumidores.

Tomo estos interesantes datos de la página www.neuromarketing.la la cual sigo por sus contenidos científicos y estratégicamente diseñados que como al inicio de estos artículos comentaba, “Debemos pasar de Empresas a Neuroempresas”.

1849: Emil du Bois-Reymond, médico y psicólogo alemán, observa por primera vez que la piel humana es eléctricamente activa (algo tuvo que generar esta electricidad y ser recordada toda la vida).

1888: Charles Féré, médico francés, demostró que la actividad eléctrica en la piel podría ser afectada por la situación emocional (insisto que las emociones son más fuertes que las razones).

Charles Féré

1889: Ivane Tarkhnishvili, psicólogo ruso, desarrolló un dispositivo para medir la actividad eléctrica de la piel (todo lo que existe alrededor genera estímulos, pero no todos serán recordados por siempre).

Ivane Tarkhnishvili

1901: Willem Einthoven desarrolla el primer dispositivo para medir la actividad cardiaca (¿recuerdas ese primer beso o aquel encuentro que generó emoción?).

Willem Einthoven

1924: Hans Berger registra la primera medición de electroencefalografía (el cerebro comenzó a registrar movimientos de lo que gusta… buen comienzo).

Hans Berger

1930: década en la que fue desarrollado el primer medidor de eye tracking no invasivo (dicho de otra forma, enfocamos nuestras miradas en lo realmente interesante).

1970: década en la que se populariza el uso del eye tracking como método de investigación y Paul Ekman profundiza en sus estudios de comunicación no verbal, enfocándose en las expresiones faciales (mejor aún, tenemos ya definido que miramos lo realmente interesante, pero aquello que miramos puede generarnos microexpresiones que revisaremos en nuestra conferencia del 29 de agosto en el Centro de Convenciones José Eustasio Rivera a las 6:30 p.m).

1980: Década en la que Antonio Damasio descubre la relevancia de las emociones en el proceso de toma de decisiones (más cerca estamos, pues ya sabemos porque decidimos).

1990: década en la que la neuro-imaginería da el salto y surge la resonancia magnética funcional (fMRI) (mejores avances, ahora todo tiene una razón de ser y esas razones son las usadas para que las empresas utilicen esta información para posicionar y vender).

Y desde 1980 al día de hoy son innumerables los estudios que siguen realizándose todo por una razón muy poderosa “queremos hacer sentir bien a las personas que se relacionan con las empresas a nivel interno y externo” para que nunca nos olviden y siempre nos lleven en su mente (recordar), en su boca (recomendar a otros) y en su corazón (lealtad y fidelidad).